Consenso de Monterrey
La Conferencia Internacional sobre la Financiación para el Desarrollo, se llevó a cabo en Monterrey en marzo de 2002. De esta conferencia emana el Consenso de Monterrey.
Este documento se convierte en el primer compromiso adquirido de los países en materia de financiamiento al desarrollo y muestra el camino a seguir para dejar las viejas prácticas que no permiten el buen aprovechamiento de los fondos de AOD y así combatir los males que aquejan a la mayoría de la población mundial que reside en países en desarrollo o menos adelantados.
Entre los principales logros se encuentran:
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Reconocer que para ser eficaces, las asociaciones entre donantes y receptores deben basarse en el reconocimiento de que los países deben identificarse con los planes de desarrollo y hacerse cargo de su dirección; en ese marco, se necesitan políticas racionales y una buena gestión pública en todos los niveles para garantizar la eficacia de la AOD.
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Se establece como una prioridad importante el establecimiento de asociaciones, en particular en apoyo de los más necesitados, y procurar que la AOD contribuya en la mayor medida posible a la reducción de la pobreza.
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Se insta a los países desarrollados que aún no lo hayan hecho a que adopten medidas concretas para dedicar el 0,7% de su producto interno bruto (PIB) como AOD para los países en desarrollo y, destinar entre el 0,15% y el 0,20% de su PIB a los países menos adelantados.
Además, es importante destacar que dentro de los temas abordados en esta reunión, se consideraron los siguientes:
• Movilización de recursos privados internos
• Movilización de recursos privados externos
• Movilización de recursos públicos externo
• Comercio exterior
• Deuda externa